Este mes de febrero se ha puesto en marcha un proyecto pionero en las Montañas del Baix Llobregat que promueve la silvopastura como estrategia para hacer más resistentes los bosques metropolitanos. Con la participación de un rebaño de 40 cabras y 15 asnos, la finca de Can Colomer se ha convertido en un laboratorio vivo al aire libre, impulsando el proyecto europeo LIFE AgroForAdapt.
El objetivo principal de esta iniciativa es promover los sistemas agroforestales para adaptar el territorio a los efectos del cambio climático, incluyendo los incendios forestales y la sequía. A través de una amplia gama de intervenciones, que incluyen actuaciones forestales diversas y la construcción de instalaciones para el ganado, el proyecto busca mejorar la estructura del bosque, adaptarlo a los efectos negativos del cambio climático y reducir el riesgo de incendios forestales.
La gestión de esta prueba piloto abarca un área de 58 hectáreas forestales en la finca de Can Colomer, ubicada entre los términos municipales de Sant Climent de Llobregat y Gavà. Esta zona, afectada gravemente por la sequía, requiere una gestión forestal adaptativa y la colaboración entre las administraciones, propietarios y entidades locales.
El rebaño, propiedad de una cooperativa social llamada GEDI, con sede en Sant Climent de Llobregat, será objeto de un seguimiento y monitoreo exhaustivo para evaluar la respuesta del territorio en términos de adaptación. Diversos parámetros, como la humedad, la temperatura, la biodiversidad y el crecimiento de la vegetación, serán evaluados por el Centro de Ciencia y Tecnología Forestal de Cataluña (CTFC).
Con un presupuesto de 322.524 €, de los cuales la UE aporta el 38%, el proyecto tiene previsto finalizar a finales de septiembre de 2026. Durante estos dos años se realizará un seguimiento meticuloso de los resultados de esta experiencia de pastoreo y de los trabajos forestales realizados previamente.
Los sistemas agroforestales promovidos en la finca de Can Colomer combinan vegetación leñosa con actividad ganadera para obtener beneficios de sus interacciones. Estos beneficios incluyen una mayor resiliencia y biodiversidad, un aumento de la productividad y rentabilidad, así como una reducción de la vulnerabilidad a los incendios forestales y una mejora en la fijación de carbono.
Este proyecto, que también se desarrolla en otras regiones de Cataluña, Castilla y León, y Francia, responde a las directivas europeas que promueven los sistemas agroforestales como estrategia clave para enfrentar los desafíos del cambio climático.