La Generalitat inicia la construcción de cinco hospitales satélite, que estarán anexados a cinco grandes centros sanitarios, con algo más de un centenar de camas cada uno y un diseño pensado para atender a pacientes de la Covid-19. Estarán en funcionamiento en unas 20 semanas, en los primeros meses del 2021.
Con un presupuesto global de más de 50 millones de euros, los cinco hospitales satélite se edificarán junto a los hospitales Parc Sanitari Pere Virgili (Barcelona), Arnau de Vilanova (Lleida), Hospital de Bellvitge (l’Hospitalet de Llobregat), Hospital Trias i Pujol (Badalona) y Hospital Moisès Broggi (Sant Joan Despí).
Más UCIs
El diseño de estos hospitales, bautizado como I-Compact Covid, es nuevo, pensado para adecuarse a las necesidades de personal sanitario y enfermos por el coronavirus. Además de construirse en un corto plazo de tiempo, entre 18 y 20 semanas, puede convertir sus camas de normales a UCI en tan solo 24 horas y hacer moldeable su uso para otras epidemias y utilizarlo para otras funciones cuando no sean necesarios en la emergencia actual.
Se trata de espacios anexos a los cinco hospitales, de unos 4.000 metros cuadrados, con capacidad para albergar un centenar de camas cada uno de ellos, reversibles en 24 horas de UCI convencional a UCI de emergencia, o viceversa, según las necesidades.
Los edificios, de nueva construcción, tendrán cuatro plantas y una capacidad máxima de 108 camas de UCI. Cada planta, de 972 m2, puede albergar como máximo entre 24 y 36 camas.
Cada cama de UCI tendrá su punto de oxígeno y contará con un sistema de presión ambiental negativa. Con este sistema de hospital satélite no es necesario instalar aparatos de rayos X, quirófanos, laboratorios u otros equipamientos, pues todo ello podrá hacerse en el hospital de referencia.
Otras ventajas, según el Departamento de Salut, que anuncia una inversión global de 50 millones de euros para los cinco edificios, son que el personal sanitario del hospital puede moverse rápidamente hasta el anexo y se garantiza que el circuito por el que debe pasar sea seguro, lo que también conllevará que los centros ahorren en material fungible, principalmente equipos de protección individual (EPI).