1- Antes de nada, nos gustaría saber cómo nació tu interés por la magia, ¿cuándo llegó a tu vida?
A los 19 años, después de un viaje a la vuelta al mundo, me hicieron un juego con cartas y me enamoré de la sensación. Solo pensar que yo podría crear esa experiencia para otras personas me volvía loco. Ese mismo día me hice con un libro y empecé a estudiar y practicar de manera obsesiva hasta convertirme en mago profesional. Este oficio me permitió explotar mis habilidades innatas y desatar su potencial.
2- Tras más de 10 años como ilusionista profesional, diste un giro radical a tu trayectoria. ¿Cómo fue?
Este giro, curiosamente, se dio en una segunda vuelta al mundo. Este viaje me permitió tomar perspectiva sobre mi carrera y ver cuál de las habilidades que utilizaba en la magia era la que se me daba mejor.Llegué a la conclusión de que lo que más disfrutaba era la comunicación, destinaba horas y horas a crear los mejores guiones. Esto me llevó a dejar de utilizar la comunicación para hacer magia y pasar a utilizar la magia para comunicar, todo cambió. Entonces, vi que en el mundo de los eventos corporativos podría encajar, y así fue.
Todas las grandes empresas tienen la necesidad de comunicar a sus empleados de manera efectiva. Y en este caso “efectiva” implica ser muy pero que muy creativo. En la mayoría de eventos en los que trabajo se busca sintonizar a la audiencia en la actitud idónea para conseguir los objetivos de la compañía. De alguna manera transformar actitudes, eso es a lo que me dedico.
3- ¿Qué desafíos enfrentaste al emprender tu nuevo camino en la combinación de magia y comunicación, y cómo los superaste?
Muchos, sabía dónde quería llegar, pero no tenía ni idea de cómo. Yo tenía una experiencia vital que nadie tenía en el sector, pero no tenía la que todos tenían, y me tocó pasar por el aro.
Recuerdo que, al principio, callaba y escuchaba todo lo que podía para que no se notara todo lo que aún no sabía. Tuve que aprender tantas y tantas cosas… desde cómo manejar bien un ordenador, adaptar el lenguaje, aprender códigos de vestimenta, venderme y un larguísimo etcétera.
4-El efecto Wow. ¡Háblanos de ello!
El efecto wow es una manera de llamar al asombro que sentimos cuando vivimos una experiencia que nos inspira y sorprende positivamente. Podría ser un juego de magia, unos fuegos artificiales, un concierto inesperado, un maping o un show de drones, la lista sigue. Todo depende del contexto, todo depende la distancia emocional entre la situación A y la B.
Podría estar hablando horas de esto. Pero básicamente sirve para desbloquear, dejar lo mental a un lado para comunicar directo a la emoción, pudiendo conectar y asociar sensaciones a determinados contextos e ideas. Digamos que cuando combinas comunicación y efecto wow como en mi caso, lo que hago es quitar la coraza a la audiencia para disparar un mensaje asociado a la emoción de manera extremadamente efectiva.
5-¿Qué consejo le darías a alguien que esté considerando cambiar de carrera o transformar su enfoque profesional de una manera significativa, como lo hiciste tú?
Vaya, no sé yo sí estoy para dar muchos consejos… Pero si pudiera volver atrás me diría a mí mismo: “Confía en ti y no dejes que los miedos de los demás se hagan tuyos. Se incombustible y no menosprecies tu capacidad de aprendizaje, no tengas ninguna duda que deberás aprender mil cosas en las que no pensaste, así que recuerda, ¡eres mucho más capaz de lo que nunca llegaste a pensar!”
Si estás leyendo esto y sientes la llamada de dar un giro, respira, conecta contigo y a por ello.